jueves, 9 de junio de 2011

Duranguenses piden por sus muertos junto a Javier Sicilia

Por: Juan M. Cárdenas / publicado el 7 de junio del 2011 en El Siglo De Durango / Durango, Dgo.

"Si un día amanezco muerta, gracias, porque voy con mis hijos", fue el grito de una mujer que desgarró el silencio de la Plaza de Armas; no pudo contener el llanto mezclado con coraje.
Era la madre de tres estudiantes universitarios que fueron asesinados en diciembre del 2009 en Torreón, Coahuila, luego de ser "levantados" y golpeados; "a mí me dijeron: 'señora, sus hijos son buenos, pero fue una confusión', una confusión que me dejó sin hijos".

La Caravana por la Paz encabezada por el poeta Javier Sicilia llegó ayer por la noche a Durango, acompañado por un contingente de cientos de personas que ya eran esperadas por otras tantas en la plaza principal de la capital.
Desde las 17:00 comenzó a llegar la gente a la Plaza de Armas, pero la espera se prolongó por espacio de cuatro horas y media hasta que los camiones que transportaban a los activistas atravesó Miguel de Cervantes por la avenida 20 de Noviembre; ahí descendió Javier Sicilia y cientos de personas que se sumaron a la Caravana que llegará el próximo viernes a Ciudad Juárez, Chihuahua.
Lo precedieron familiares de víctimas de la violencia, quienes en silencio fueron avanzando hacia la plaza; atrás, al ritmo de música y tambores, los manifestantes gritaban "basta ya de guerra, queremos la paz".
Hasta que las familias no pudieron más y sus gargantas estallaron en testimonios desgarradores de padres, hijos, hijas, hermanos y hermanas asesinados o desaparecidos. Ahí el grito ya era "Durango, escucha, por tus hijos es la lucha".
En la esquina de Zarco y 20 de Noviembre había un hombre que lloraba mientras mostraba una cartulina que decía "mi papá estaría con usted, pero murió el sábado". Pronto se integró al contingente arropado por los manifestantes.

Poco después de media hora, Sicilia y sus acompañantes llegaron a la plaza. Ahí fue donde las familias de las víctimas no pudieron más; hablaron los familiares de Leopoldo Valenzuela Escobar, quien fue asesinado tras peregrinar de autoridad en autoridad para que le ayudaran a buscar a su hijo secuestrado.
También subió un madre lagunera cuyo hijo salió de casa para nunca volver; indígenas de Michoacán que reclaman su tierra; la representante de las viudas de los agentes estatales caídos y que reciben una pensión de seis mil pesos al mes para alimentar, vestir y educar a sus hijos, ante la indiferencia de los gobernantes a los que sirvieron durante años. Un chihuahuense que cada día llora a su hija asesinada a los 16 años de edad; otra madre que cada día vuelve a morir sin su hijo desaparecido y una más que vio a su nieta empaparse de la sangre de la madre al ser asesinada.
Fueron 13 oradores en total, incluyendo a un médico que exigió justicia para el gremio y a un miembro de la familia Le Barón, perseguida por delincuentes en la sierra de Chihuahua.

Javier Sicilia señaló que la ciudadanía debe presionar y exigir a las autoridades que cumplan con su trabajo, además de protegerse a sí misma. Enfatizó que los movimientos sociales ya rebasan la capacidad de los partidos políticos y sus dirigentes, además de pedir al Gobierno de Durango que cumpla con su deber y deje de usar el poder para proteger intereses; a los duranguenses, que pierdan el miedo y salgan a exigir a sus gobernantes.

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